martes, 23 de septiembre de 2008

IV XUNTANZA INVERNAL VILAGARCIA 2008

IV XUNTANZA INVERNAL VILAGARCIA DE AROUSA 2008

1 Y 2 DE NOVIEMBRE


En ésta adición de la Xuntanza Invernal ( IV Xuntanza 36600) , queremos conmemorar el SAMAÍN , cuya historia os describimos posteriormente.Intentaremos ambientar la zona de inscripciòn como una auténtica zona mística , donde los integrantes del Motoclub 36600 estaremos disfrazados para la ocasión y donde lo participantes podréis cenar , comer y divertiros como os merecéis.Daremos premios para los mejores disfraces apropiados para la ocasión y tendremos "algunas" sorpresas que os gustarán.Los precios son de 45 € con alojamiento y de 25 € sin él ó con zona de acampada.Inscripciones limitadas a 200 plazas.
Telf : 606.051691 y 606.559708
O SAMAIN , ANO NOVO CELTA

DIA 1 , SABADO.
10:00 APERTURA DE INSCRIPCIONES.
17:00 CASTAÑADA CON VINO TINTO
20:30 PASEO LUMINOSO POR EL PUEBLO
22:00 CENA EN PLAZA DE LA PESCADERIA
00:00 FIESTA NOCTURNA
DIA 2 , DOMINGO.

09:00 CADA PARTICIPANTE DESAYUNA EN SU HOTEL
11:00 SESION VERMOUT EN LOCAL CONCERTADO PARA VER LAS CARRERAS DEL F1
14:00 COMIDA EN PLAZA DE LA PESCADERIA.

ENTREGA DE TROFEOS Y DESPEDIDA.

CENA : CALLOS , OREJAS , BEBIDAS , QUEIMADA.
COMIDA : LACON CON GRELOS , FILLOAS , BEBIDA.

O SAMAIN LA FIESTA EN HONOR A LOS DIFUNTOS EN GALICIA
La noche del 31 de octubre comienza el año nuevo celta y su fiesta en honor a los difuntos. Esta fecha se marca la transición del otoño al invierno y en esta noche, los gallegos, un pueblo con profundas creencias religiosas relacionadas con la inmortalidad del alma y con una preocupación natural por los queridos difuntos expuestos al frío y la oscuridad del invierno, al intemperie y la tristeza de los camposantos, buscaron y encontraron un mecanismo de reparación: los parientes vivos preparan alimentos y regalos para los parientes muertos, no sea que las almas de los parientes fallecidos volviesen a visitar a sus familias y sus antiguas casas para comer en las mesas o calentarse cerca del fuego de la cocina. El año celta estaba organizado alrededor de cuatro fiestas principales. Dos fiestas estarían asociadas a la apertura o cierre de las estaciones:
Samain, el 1 de noviembre como comienzo del invierno, la estación sombría.
Beltaine, el 1 de mayo, como comienzo del verano.
Esta fiesta se dedicaba a Belenos, el dios del fuego. En este día el fuego era usado para purificar con su humo a los animales y a todo el pueblo. Se encendían hogueras en lo alto de los cerros y se apagaban éstas al día siguiente.
Lugnasad, a mediados del mes de junio y se dedicaba a Lug en Irlanda, Lugus en las Galias y Lleu en escocia. Aunque esta divinidad era el dios de la luz. En esta fiesta se celebraba como una acción de gracias por la fertilidad de los animales y por la abundancia de las reservas alimenticias.

Imbolc, el 1 de febrero, que posteriormente se cristianizó y era dedicada a la diosa Imbolc o Brigit, a la que se consagraban los animales supervivientes al paso del invierno, en especial a las hembras, puesto que era tiempo de engendrar para el futuro invierno.

O Samain
La descripción de este ritual está escrita por el historiador Plinio.
Esta antigua festividad celta se describía como una comunión con los espíritus de los difuntos que en esta fecha tenían autorización para caminar entre los vivos. Las puertas de este mundo y las del más allá, se abrían para dar a la gente la posibilidad de reunirse con sus antepasados muertos.
Esta fiesta es la más importante del periodo precristiano, se prendían hogueras sagradas y con ramas de esta hoguera se prendían las de todas las casas. Era también costumbre vaciar nabos de gran tamaño, que posteriormente se utilizarían calabazas y ponerle dentro velas encendidas. Varios siglos después esta tradición todavía se mantiene en Galicia y tiene continuidad en las fiestas de Halloween (All Hallow even) que significa víspera de todo lo sagrado, importada a los Estados Unidos por los irlandeses en el siglo XIX. Durante la noche del 31 de octubre los druidas recogían las bayas del muérdago de los troncos de encinas y robles, con una hoz de oro (los celtas consideraban el oro como un metal puro, por lo que era el único que se podía utilizar para estos quehaceres). Una vez subidos al tronco de un roble o encina, los druidas cortaban baya por baya de muérdago mientras recitaba unos mantras, para atribuir más poder al muérdago. Por desgracia, los druidas no dejaron restos escritos pues así, como dijo Julio César "evitaban que su sistema de adiestramiento cayese en manos del vulgo y, segundo, que los estudiantes descuidaran el ejercicio de su memoria por confiar en la palabra escrita".

Acto seguido a la recogida de las bayas, se depositaban en un caldero o las tiraban a un manto blanco que sostenía otro druida en el suelo. Esas bayas tendrían indudables poderes curativos para el poblado, y para sus elaboraciones "mágicas". En esta fiesta los druidas pueden comer carne de cerdo y beber vino, sólo esta noche, ya que el resto del año les estaba prohibido. Durante los días previos al año nuevo, tenían lugar innumerables sacrificios animales con el objetivo de aprovisionarse de carne y de piel para el invierno. Era su peculiar "matanza", como la que se celebra en España. Por todos es sabido que la noche del 31 de octubre está relacionada muy directamente con el mundo de los muertos. Los celtas creían que esa noche, una puerta se abría, y la dimensión de los vivos quedaba en comunicación con la dimensión del mundo de los muertos, al menos por unas horas. Durante este periodo no se podía salir de la comunidad, pues se ponían en contacto con sus propios antepasados. Durante esas horas, se podía tocar, palpar e incluso se podía traspasar al mundo de los muertos. Por eso en todo el pueblo había hogueras para poder guiar a los muertos en la oscuridad de la noche, para que encontrara a sus parientes y hogares, y se pudieran calentar con el calor del fuego del hogar. Los celtas, esas noches, amontonaban las calaveras de sus muertos (y también de sus enemigos) y las pintaban. El significado de esta tradición se desconoce, pero tuvo repercusiones en otras culturas como la galaica que tenían en las encrucijadas amontonamientos de piedras (llamados milladouros) y se tenía la costumbre de depositar una piedra y pedir un deseo. Existe un milladouro en el camino de Santiago, que es famoso, además de estar cerca de Santiago de Compostela, por poseer una gran cruz de hierro. El hecho de depositar una piedra allí es signo de que no tendrás mala fortuna durante lo que queda de viaje, por eso los peregrinos suelen llevar una piedra desde su lugar de origen, o bien la cogen antes de llegar al milladouro. La fiesta de O Samain, como ocurre en la historia de las fiestas, tuvo que cambiar con la llegada del cristianismo. La Iglesia, quiso quitar esta fiesta y en su lugar pone la fiesta de Todos los Santos, en conmemoración de todos los santos anónimos, es decir, de los que no se sabe el nombre o los datos sobre ellos son confusos. Se puso en esa fecha para evitar que coincidiera la celebración por los muertos el mismo día (el día de todos los difuntos es el 2 de noviembre). Finalmente es en el siglo VIII cuando se instituye oficialmente la festividad de Todos los Santos. En el siglo IX el emperador Ludovico Pío, a petición del Papa Gregorio IV la extiende por todo el reino, instituyéndose durante la Edad Media poco a poco en más países. En el año 1475 el Papa Sixto IV la hace obligatoria. La fiesta de O Samain se traduce en halloween en Estados Unidos. Si en América del Sur los principales colonizadores fueron los españoles, en América del Norte fueron principalmente los ingleses. Los colonizadores van dejando su rastro cultural, como creencias religiosas, la lengua y las fiestas.

Cando llegó el Mayflower a Norteamérica cargado con colonos ingleses e irlandeses, trajeron consigo todas sus tradiciones y entre estas una llamada Halloween, conocida como Noche de Brujas. Esta fiesta se celebraba la noche del 31 de octubre. Las casas se adornaban con calabazas huecas con velas dentro (dibujando "terroríficos" demonios y seres malignos), y los niños iban disfrazados de esqueletos y fantasmas pidiendo de casa en casa dulces y golosinas, el famoso "trick or treat" que viene a ser trato o truco. Aquí el tema de la calabaza tiene su historia:
Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo irlandés había un monje llamado Jack, que según algunas leyendas era un tipo alto y delgado, que le gustaba gastar bromas y hacer maldades. Pero hizo un pacto con el diablo. Este pacto consistía en que el diablo no lo dejaría ir al infierno si Jack hacía el mal en la tierra. Y así fue. Pero como a todos los mortales, a Jack le llegó su hora. En el cielo no lo dejaron entrar por ser tan malo, y claro en el infierno el diablo cumplió su parte y no le dejó pasar, pero dio a Jack una linterna muy peculiar compensación por todo el mal causado. Esta linterna consistía en un nabo hueco con un carbón que sería incandescente por siempre. Y desde entonces se cuenta que Jack (conocido por Jack of the Lantern, Jack de la linterna) deambula por el mundo con su linterna en busca de un lugar donde descansar.